Telecomunicaciones y TI: juntos en la era digital

En la búsqueda de la modernización, la mejora de su infraestructura de conectividad y la adopción de nuevos modelos de negocio, alternativos a su actividad principal, las telecomunicaciones necesitan cada vez más que las empresas de TI se adapten a la nueva realidad de la economía 4.0.

Telecomunicaciones y TI: juntos en la era digital

La transformación digital de la industria de las telecomunicaciones ha llevado a la reinvención del sector, que busca nuevas fronteras de actividad y asociaciones estratégicas con actores de otra industria: la informática.

Para convertir las redes de comunicación elementales en ecosistemas digitales, autónomos y virtualizados, las telecomunicaciones necesitan el apoyo esencial de las empresas de TI. También para aumentar los niveles de seguridad de los usuarios de telefonía e Internet, para capturar y procesar datos a hiperescala, para gestionar cadenas cada vez más grandes y complejas de proveedores de una empresa, entre otros fines.

Sobre todo, las TI han sido fundamentales para el desarrollo y la consolidación de las redes 5G en todo el mundo. La nueva banda ancha de alta velocidad necesita el apoyo de recursos tecnológicos como el edge computing para alcanzar la máxima calidad que promete.

Para crear el entorno tecnológico ideal, capaz de soportar la nueva forma de vivir, trabajar, producir y hacer negocios de las personas y las empresas, el sector de las telecomunicaciones ha invertido mucho en la modernización y adaptación de su infraestructura física y digital.

Según la firma de investigación estadounidense Dell’Oro, en 2021, las inversiones globales en capex alcanzaron los 100.000 millones de dólares, gastados en equipos como antenas móviles y de banda ancha, cables ópticos, redes de radiofrecuencia (RAN), routers, entre otros recursos. El volumen es un 7% superior al del año anterior.

En Brasil, las inversiones en el sector sumaron cerca de 7.000 millones de dólares – un máximo del 9,9% -, según un informe de Conexis, sindicato que representa a las grandes empresas de telecomunicaciones de Brasil.

Mapa de conectividad

Esta creciente demanda de servicios de telecomunicaciones más ágiles se refleja en las cifras financieras de este mercado. Según la International Data Corporation (IDC), el consumo de servicios de voz e internet, fijos y móviles, la televisión de pago y el tráfico de datos entre máquinas vía IoT, moverá 1,566 billones de dólares en 2021.

Aceleración con 5G

En el documento Mobile Economy Report 2022, publicado anualmente por la GSMA -organización que reúne a más de 750 operadores y 400 empresas del ecosistema móvil-, se espera que el número de dispositivos conectados a la red 5G en todo el mundo alcance un volumen total de 1.000 millones este año.

En cuanto a la población conectada, China lidera el número de usuarios de la nueva tecnología: 497 millones de personas, según un estudio de Ericsson. En Estados Unidos, destaca el aumento del volumen de conexiones necesarias para los sensores de IoT: pasó de 125 millones a 144 millones en el bienio 2020/2021.

Aunque está lejos de consolidarse a nivel mundial, la nueva tecnología de banda ancha debería generar innumerables oportunidades de negocio para los sectores de la tecnología, la informática y las telecomunicaciones. Sin embargo, para que los ecosistemas inteligentes alcancen el máximo rendimiento, ya sea en la Industria 4.0 o en la agricultura de precisión, el despliegue del 5G debe ser más sólido y rápido en todo el mundo.

Países como Corea del Sur ya están invirtiendo mucho en este sentido. La primera nación en tener una red comercial de alta velocidad, la conexión 5G del territorio es hasta diez veces más rápida que en Estados Unidos, por ejemplo. Con el 36% de su población utilizando la nueva banda, Corea está capacitada para recibir innovaciones como fábricas 100% robotizadas y coches autónomos circulando por sus ciudades.

El ejemplo coreano ha impulsado a otras naciones más desarrolladas a modernizar sus infraestructuras de conectividad. En el caso del 5G, por ejemplo, se estima que el gasto mundial en nuevos equipos alcanzará los 600.000 millones de dólares en 2025, según una previsión de la GSMA.

Tendencias mundiales

La necesidad de añadir valor a un tipo de actividad económica cada vez más mercantilizada ha animado a los ejecutivos de las empresas de telecomunicaciones a buscar alternativas adyacentes al negocio principal. Una encuesta realizada por McKinsey en febrero de este año entre 50 altos ejecutivos de telecomunicaciones de todo el mundo reveló que el 77% de ellos se ha embarcado en al menos cinco nuevos negocios paralelos en la última década.

Un área que ha llamado la atención de los actores del sector es la creación de redes de conectividad privadas con tecnología 5G, computación de borde y aplicaciones impulsadas por la inteligencia artificial para dar servicio a grandes complejos industriales, parques logísticos o gigantes de la agroindustria.

En proyectos como estos ecosistemas privados, existe una gran oportunidad para que las telecomunicaciones formen posibles asociaciones con fabricantes de equipos de infraestructura, recursos de conectividad y proveedores de soluciones digitales capaces de capturar, procesar y analizar los datos generados en estas arquitecturas distribuidas, de baja latencia y alta eficiencia.

También han aparecido en la cartera de empresas inversiones en marketplaces o plataformas digitales de apoyo al negocio. El crecimiento exponencial de la generación de datos ha llevado a algunas empresas a buscar socios tecnológicos que desarrollen servicios de análisis de datos para generar ideas de negocio a partir de los grandes datos recogidos de las interacciones con la base de clientes.

Una vez anonimizados y agregados, estos datos pueden, por ejemplo, ayudar a los minoristas a entender el comportamiento de sus consumidores tanto en las tiendas físicas como en las plataformas de venta online. O, incluso, colaborar con los gestores públicos en el desarrollo de mejores políticas y acciones en materia de salud, educación y movilidad de la población, a partir del análisis de esta información.

En este contexto, cabe destacar el papel relevante de las TI en la estructuración de plataformas multicanal que sitúan al cliente final en el centro del modelo de negocio, así como en la creación de una nueva cultura organizativa más digitalizada en las empresas.

Captar el valor más allá de la conectividad es, por tanto, una búsqueda que debería incluir cada vez más a las empresas de TI en las estrategias de las empresas del sector. La acción conjunta ya ha demostrado ser positiva. La proyección de IDC para Brasil, por ejemplo, indica un crecimiento compuesto del 8,2% para los sectores de TI y telecomunicaciones.

Aquí hay un punto de intersección interesante en el alcance de la infraestructura de red necesaria para la expansión del 5G. Como el espectro de ondas de la nueva banda ancha la hace menos resistente a barreras físicas como edificios, plazas con mucha vegetación y montañas, será necesario crear un entorno de procesamiento distribuido que gestione localmente los datos emitidos a través de la 5G.

Al mismo tiempo, esta estrategia reduce la necesidad de largas líneas de transmisión -ya sea al centro de datos central o a la nube-, garantiza una mayor seguridad de la información y proporciona la velocidad esperada en la comunicación digital dentro de la nueva tecnología. Todas estas ventajas solo se pueden obtener con la computación de borde, donde los racks de procesamiento se sitúan cerca de las fuentes generadoras de datos -o en las antenas de la red 5G-, realizando el trabajo con más eficiencia y agilidad.

Debido a su capacidad para impulsar el nuevo y rápido ancho de banda de Internet, la computación de borde es destacada por McKinsey como una de las tecnologías que reconfigurarán los mercados y las industrias en las próximas décadas. Según la consultora, aproximadamente el 75% de las empresas que generan datos utilizarán infraestructuras de procesamiento distribuido en 2025.

Por lo tanto, las empresas de servicios informáticos que sean capaces de apoyar y aportar soluciones tecnológicas a los nuevos retos que se imponen a las empresas de telecomunicaciones son esenciales para construir un futuro más próspero para el sector. En una sociedad hiperconectada y en un mercado altamente competitivo, es necesario ofrecer más y mejores servicios a los clientes. En la era digital, el éxito y el fracaso de las empresas suelen estar separados por una fracción de segundo: gana el que responde más rápido a las exigencias de la vida moderna.