Nos hemos acostumbrado a vivir en un planeta cada vez más conectado, donde el mundo digital y el físico se mezclan a medida que las nuevas tecnologías se expanden en el mercado. Hoy en día, es fácil comprobar hasta qué punto nuestras vidas dependen ya de la información basada en datos, ya sea a través de las apps que nos guían por las mejores rutas en los grandes centros urbanos, la información obtenida de los dispositivos «wearables» para mejorar nuestra condición física o para tener previsiones más precisas y específicas sobre el cambio climático.
No por casualidad, nos enfrentamos a entornos digitales que se asemejan más a nuestra realidad. Tanto es así que las conexiones humanas en Internet están adquiriendo un nuevo nivel de interacción con el metaverso, un nuevo espacio online que será un espejo del mundo real en el que las personas podrán interactuar desde avatares en 3D y con el uso de tecnologías como la realidad virtual y la aumentada.
Este crecimiento del entorno digital en nuestra sociedad fue abordado en un estudio realizado por Hootsuite en colaboración con la agencia We Are Social. Publicada en abril de 2021, la encuesta señalaba que aproximadamente 4.700 millones de personas están conectadas a Internet, ya sea a través de un ordenador, una tableta o un smartphone. En sólo un año, la base de usuarios de Internet creció un 7,6%, mientras que el número total de habitantes de nuestro planeta aumentó un 1% en el mismo periodo, con 7.850 millones de personas. En otras palabras, podemos afirmar que hay una rápida expansión de la red en todo el mundo.
Toda esta conectividad ya se produce con la tecnología 4G, y la tendencia es que la convergencia entre el mundo digital y el físico aumente considerablemente con la llegada del 5G, cuya velocidad de transmisión de datos será hasta 100 veces más rápida que la cuarta generación de Internet. Este cambio tendrá un gran impacto en el uso de la tecnología IoT (Internet de las cosas) al ampliar y acelerar la comunicación entre «cosas» a través de sensores y transmisión de datos.
Este nuevo escenario que se avecina incrementará el entorno digital y generará nuevas oportunidades en el mercado. Para 2030, se espera que el valor potencial de los nuevos negocios generados con el IoT en todo el mundo varíe entre 5,5 y 12,6 billones de dólares, según el estudio «The Internet of Things: Catching up to an accelerating opportunity», publicado en noviembre de 2021 por McKinsey, que incluye el valor obtenido por los consumidores y clientes con productos y servicios basados en esta tecnología.
La encuesta también indica los sectores que más se beneficiarán de esta revolución del mercado, donde la fabricación/industria está a la cabeza, con un 26% de las oportunidades, especialmente las centradas en la gestión de operaciones, el mantenimiento predictivo y el aumento de la productividad/nuevo negocio en las fábricas.
Le sigue el área de la salud, cuyas proyecciones apuntan hasta un 16% del total con productos y servicios destinados al seguimiento y tratamiento de enfermedades, y a la mejora del bienestar. Otras categorías que destacan son: el comercio minorista (nuevos medios de pago y promociones personalizadas y en tiempo real), el hogar (automatización de tareas, gestión de la energía y seguridad) y las ciudades inteligentes (control del tráfico y vehículos autónomos).
Impacto en diversos sectores
En el caso de la salud, concretamente, la proyección para el mercado de dispositivos médicos wearables -como relojes y apps que proporcionan información sobre la salud de sus usuarios- es que moverá 27.200 millones de dólares en 2023, más del triple de lo facturado en 2017, cuando alcanzó los 7.800 millones. Los datos proceden del informe global publicado por Market Research Future, que cita como impactos para la popularización de estos dispositivos la creciente relación entre salud y tecnología, los beneficios para los pacientes en el seguimiento y monitorización de sus condiciones físicas o enfermedades, y también los efectos de la pandemia en la sociedad.
Otro punto destacado entre los sectores en el uso de los datos, las ciudades inteligentes ya cuentan con casos en todo el mundo donde varios servicios públicos ya se basan en plataformas digitales. En este escenario, el principal ejemplo es Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, donde la aplicación llamada DubaiNow ya ha digitalizado 115 servicios gubernamentales para ayudar a la población a realizar actividades como: pedir citas médicas y ver los resultados de las pruebas, pagar multas de tráfico, localizar supermercados y farmacias cercanos, y obtener información sobre la ruta del transporte público. Además, el complejo que se construyó para acoger el mayor evento empresarial del mundo, la Expo 2020, está todo digitalizado, siendo un ejemplo en el uso de datos para la monitorización de grandes flujos de personas y la seguridad con soluciones enfocadas a los edificios inteligentes.
Además de los sectores con mayores posibilidades en cuanto a nuevos negocios en el mercado con la tecnología, el estudio de McKinsey también revela algunos escenarios que llaman la atención. Las aplicaciones dirigidas al consumidor final, por ejemplo, son las que más se beneficiarán del valor potencial generado con IoT, correspondiendo al 65% del total para 2030. Sin embargo, la tendencia es que la diferencia para las aplicaciones desarrolladas para las empresas disminuirá debido a la acelerada adopción de dispositivos conectados en el hogar.
Otro dato destacable es el relativo a la brecha global en el uso del IoT, donde las naciones desarrolladas representarán el 55% del valor potencial con la tecnología a finales de esta década. Sin embargo, en 2020, este porcentaje era del 61%. Entre los países, China se considera la mayor fuerza global en el uso de la IO a finales de esta década, ya que es un centro de fabricación y proveedor de tecnología para el mundo.
Inversiones en tecnología
Para aprovechar este escenario de oportunidades con el Internet de las Cosas en el mercado, las inversiones centradas en el desarrollo de soluciones y proyectos que involucran la tecnología aumentarán 2,5 veces para 2025. Así lo demuestra un estudio de IoTAnalytics, proveedor líder de información de mercado para IoT, M2M e Industria 4.0.
Realizada en junio de 2021, la encuesta mostró un aumento del 24% en las proyecciones en comparación con los dos últimos años, saltando de 128.900 millones de dólares a 159.800 millones de dólares, una cantidad básicamente dividida entre software, hardware y servicios con la tecnología. Para 2025, la previsión es que las inversiones de las empresas se disparen hasta los 411.900 millones de dólares, lo que supone un aumento del 158%.
Desafíos para el mercado
Con el mercado cada vez más conectado con esta expansión del IoT, las demandas de gestión (almacenamiento, procesamiento y análisis) de los datos recogidos también están creciendo. Para hacernos una idea, en 2023 se crearán más datos que en los últimos 30 años, y en cinco años se generarán tres veces más datos que en los cinco años anteriores. (fuente: Social Good Brasil, basado en el estudio IDC Global DataSphere)
Ante este reto, crece en el mercado la demanda de productos y servicios que modernicen la infraestructura digital de las empresas y permitan la recogida, comunicación, procesamiento, almacenamiento, integración y gestión de datos en los distintos sectores de la economía. Debido a la particularidad en la actuación de cada empresa, la tendencia es que las aplicaciones digitales sean cada vez más personalizadas para que las empresas tengan en sus estructuras soluciones y plataformas que respondan a los nuevos retos del mercado.
Las exigencias derivadas de la expansión del IoT y el mayor uso de los datos han generado también la búsqueda de infraestructuras híbridas, que pueden combinar la computación de borde, la nube o el centro de datos local. Además, tecnologías como el edge computing también tienden a crecer con la modernización de las estructuras digitales para dar más flexibilidad y agilidad al procesamiento de datos, además de generar resiliencia y diversificación del negocio en un mercado donde la innovación se ha convertido en una regla para las empresas. Así, garantizar el 100% de la disponibilidad de la operación es fundamental para que las empresas mantengan sus estrategias de rendimiento, y para ello es necesario contar con una infraestructura de TI híbrida capaz de soportar con seguridad las variaciones de las demandas y los diferentes riesgos que pueden impactar en el negocio de la corporación.
Nueva realidad
Con la llegada del 5G, empezaremos a experimentar un nuevo nivel de conexiones que elevará exponencialmente la interacción de la información entre «cosas». Aunque ya se están realizando proyectos y pruebas con la nueva tecnología en todo el mundo, a día de hoy solo el 6,4% de las conexiones a nivel mundial se realizan con 5G. La estimación, sin embargo, es que esta tasa aumente hasta el 29,3% en 2025, según la 2ª edición del estudio «Panorama de la evolución del 5G y oportunidades para el mercado brasileño», que se publicó el pasado mes de octubre por encargo del Instituto IT Mídia y elaborado por IDC. El estudio también muestra que actualmente se realizan 574 millones de conexiones 5G en todo el mundo, una cifra que será aproximadamente ocho veces mayor en 2025, donde el continente americano será responsable del 11,8% de las conexiones globales.
El estudio de IDC también reveló las perspectivas que tienen las empresas con la nueva tecnología. En la investigación realizada en los mercados que ya disponen de un servicio autónomo de 5G, en los que era posible indicar más de un escenario, el 66,3% citó que «se espera un impacto empresarial transformador o significativo», y el 59,1% dijo «aumento de la inversión en dispositivos y aplicaciones 5G».
Ampliación de la tecnología
Con el aumento de la adopción del 5G en el mercado, también crecerá el uso de nuevas tecnologías y herramientas digitales. Esta transformación planteará una serie de retos a las empresas y organismos públicos a la hora de gestionar las enormes cantidades de datos que se generarán en este nuevo entorno digital. Experian ha realizado un estudio mundial para identificar los seis principales retos a los que se enfrentan los directivos a la hora de gestionar la información que recopilan. Lo son:
1 – La falta de datos fiables, que puede generar estrategias erróneas o pasar por alto conocimientos importantes para la empresa. La solución es tener una visión crítica de la base de datos para saber qué se puede aprovechar realmente;
2 – Limitación tecnológica, donde la falta de una estructura adecuada puede afectar a la gestión de los datos;
3 – Falta de una gestión completa de los datos, necesaria para saber de dónde vienen los datos, las tecnologías necesarias para gestionarlos, desarrollar una estrategia adecuada a partir de la información y, finalmente, medir los resultados;
4 – No se definen los responsables de los datos, siendo necesario tener una persona o equipo bien definido para realizar el análisis. La gran mayoría de las empresas (85%) deja esta tarea al área de informática, pero no es una actividad prioritaria para el departamento;
5 – Falta de integración, donde el uso de los datos se ha vuelto importante para los diversos sectores de la empresa, pero la falta de integración entre las áreas afecta el uso de los datos y la generación de insights;
6 – Desajuste con la LGPD, ya que las empresas deben asegurarse de que todos los procesos de recogida, uso, almacenamiento y aplicación de la información se ajustan a la nueva legislación.
Estos retos se han visto en el entorno digital que tenemos actualmente. Con la llegada del 5G, es probable que aumente la necesidad de que las empresas se modernicen implementando nuevas estructuras inteligentes para la gestión de datos. Es la única manera de obtener resiliencia, flexibilidad y disponibilidad en escenarios cada vez más disruptivos donde la competitividad se basará en la agilidad y la inteligencia en el uso de la información generada por las «cosas».
Ya sea en el campo, en las industrias o en los grandes centros urbanos, las oportunidades de negocio vendrán dictadas por las nuevas tecnologías, y la quinta generación de Internet impulsará aún más este entorno en constante evolución. Para prepararse para este futuro de gran uso de datos e innovación segundo a segundo, los activos y plataformas inteligentes que se adaptan a las transformaciones del mercado son la norma para las empresas.