La aceleración digital de la economía ha creado la necesidad de un aumento exponencial de la capacidad de procesamiento de datos de las infraestructuras informáticas para apoyar a las nuevas empresas impulsadas por los datos. En este sentido, la optimización de los parques de transformación se convierte en una cuestión clave para el futuro de las empresas.
Con 64,2 zettabytes (ZB) de datos generados en todo el mundo en 2020 – y se espera que alcancen los 180 ZB en 2025 –, los centros de datos deben ser más eficaces, resistentes y estar disponibles para garantizar las operaciones críticas. Sin embargo, esta tarea ha demostrado ser compleja y estar llena de retos, en un momento en el que la agenda ESG se ha convertido en una agenda obligatoria dentro de las empresas y la crisis inflacionista mundial ha afectado gravemente al flujo de caja corporativo. El momento exige asertividad en las inversiones y máxima atención a la sostenibilidad.
La búsqueda de la mejora del rendimiento de los centros de datos también implica reducir el consumo de energía, lo que reduce la huella de carbono de la empresa. Además, es pertinente garantizar más eficiencia a la gestión de la infraestructura de TI mediante la adopción de sistemas integradores como DCIM. El coste-beneficio de este aumento del rendimiento debe considerar un servicio que alargue la vida útil del equipo, evitando así el despilfarro de recursos.
Paralelamente, las empresas pueden ampliar la capacidad de procesamiento de sus entornos optando por contratar un centro de datos en el modelo as a servisse. La adquisición del producto como servicio aporta ventajas inequívocas, tanto técnicas como financieras.
Las estrategias para obtener eficiencia energética, aumento del rendimiento y gestión eficiente de las infraestructuras informáticas pueden aplicarse a cualquier tipo de actividad o tamaño de empresa. Sin embargo, antes de optimizar un centro de datos, es necesario realizar una minuciosa planificación previa, contemplando los siguientes pasos:
- Assessment completo de la infraestructura informática para evaluar la madurez de los equipos;
- Medir el consumo energético de cada área del centro de datos – conectividad, almacenamiento, alimentación y refrigeración – calculando el PUE (Power Usage Effectiveness);
- Cartografía de infraestructuras para determinar qué equipos deben actualizarse, renovarse o sustituirse;
- Definición de prioridades, relación coste-beneficio y fases de inversión.
Este proceso debe implantarse por fases y en función de las tendencias, con el fin de elaborar una solución personalizada en función de la demanda, teniendo en cuenta las validaciones periódicas para medir el rendimiento previsto y alcanzado. Esta metodología también contribuye a la previsibilidad de las contribuciones financieras que debe realizar la empresa.
Reducir el consumo de energía
Consumir menos energía es fundamental para el sector informático. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los 7,2 millones de centros de datos operativos en todo el mundo serían responsables de absorber cerca del 1% de toda la electricidad producida en el planeta en 2020. Los académicos Anders Andrae y Tomas Edler calculan que, si se considera todo el sector de las tecnologías de la información y las telecomunicaciones, el porcentaje de consumo puede superar el 20% en 2030.
En 2021, los centros de datos de Irlanda absorberán el 14% de toda la electricidad generada en el país, según un informe de la Oficina Central de Estadística irlandesa (CSO). El volumen es superior al utilizado por todos los hogares irlandeses situados en zonas rurales -aproximadamente 1,8 millones de viviendas- en el mismo periodo. Según el operador estatal Eirgrid, el país corre serio peligro de sufrir continuos apagones de la red eléctrica si no se controla el consumo energético de los centros de datos.
Para reducir el consumo energético de los centros de datos, se puede aplicar un plan de acción multidisciplinar (MAP):
- La adopción de tecnologías y estrategias como la dinámica de fluidos computacional, el uso de refrigerantes, el grafeno y los drivers;
- Mejora del flujo y caudal de aire de la sala cerrando los pasillos fríos y calientes para reducir la necesidad de refrigeración de toda la sala;
- Comprobación de equipos, estado de cuadros y paneles, alimentación de UPS, generadores y circuitos eléctricos;
- Reconfiguración de la disposición del emplazamiento, teniendo en cuenta el suelo elevado y los pasillos de estanterías;
- Obtención de la certificación CEEDA (Certified Energy Efficient Datacenter Award).
Este conjunto de medidas contribuye directamente a disminuir el PUE (Power Usage Effectiveness), que relaciona el gasto energético del centro de datos con el de toda la infraestructura informática. Una vez aplicadas con éxito, estas iniciativas pueden suponer hasta un 40% de ahorro energético, con un impacto positivo en la tesorería de la empresa.
MÁS INFORMACIÓN: Reduzca la huella de carbono de su infraestructura informática con la solución Green Efficiency.
Más rendimento
Tras mapear y evaluar el entorno informático, es hora de aplicar servicios que aumenten el rendimiento del centro de datos. Con este objetivo en mente, se recomienda adoptar soluciones de virtualización que conviertan la infraestructura en hiperconvergente (HCI), aumentando el potencial de análisis y almacenamiento de datos gracias a un menor uso de equipos.
La modernización del hardware da más capacidad de procesamiento al entorno y aporta como ventaja accesoria la ocupación más racional del espacio físico. Con más servidores por rack, se libera espacio para una posible ampliación de la infraestructura informática en caso de crecimiento de la empresa. El resultado puede ser un aumento de la eficiencia energética de hasta el 20%.
Este rendimiento puede mejorarse mediante la adopción de arquitecturas de procesamiento distribuido. Los edge racks ayudan a reducir la carga de trabajo dirigida a infraestructuras centralizadas, ya que procesan los datos cerca de la propia fuente generadora. Otra ventaja es que estos equipos disponen de sistemas de refrigeración interna, lo que reduce la intensidad de la refrigeración dentro del recinto donde están instalados.
Una herramienta importante para mejorar el rendimiento de los centros de datos es DCIM (Data Center Infrastructure Management). El software de gestión de infraestructuras informáticas se basa en cuatro pilares – clima, energía, seguridad y conectividad – y puede reducir hasta un 80% el tiempo dedicado a la verificación de la información. Supervisa e integra dispositivos de forma ilimitada y en tiempo real, rastreando desde el estado de las instalaciones hasta los recursos tecnológicos.
La integración y supervisión promovidas por DCIM generan una reducción de los gastos operativos, aumentan la fiabilidad de los sistemas y aplicaciones, y mitigan el riesgo de fallos y tiempos de inactividad de la infraestructura.
Extender la longevidad operativa también es esencial para una optimización adecuada del centro de datos on premise. La prolongación de la vida útil de los equipos tras la garantía ofrecida por los fabricantes se obtiene mediante rutinas que contemplan reparaciones y cambio de piezas y componentes, incluida la actualización de programas conectados a almacenamiento, servidores y redes.
Además de la gran relación coste-beneficio que proporciona el aplazamiento de las inversiones en CAPEX, este servicio colabora con la agenda ESG de la empresa al evitar la eliminación inmediata e innecesaria de máquinas.
MÁS INFORMACIÓN: Life Extended, la prolongación de la vida útil de su centro de datos.
Data center como servicio
En muchos casos, no se trata de optimizar el rendimiento, sino de ampliar la capacidad de procesamiento de datos de la empresa. Una de las opciones es contratar el centro de datos en el modelo como servicio, en el que el equipamiento se adquiere como servicio.
En este formato, el uso de las máquinas se produce sin necesidad del desembolso total de su coste. La empresa paga por el periodo contratado y, según el acuerdo, puede disponer de un parque informático actualizado con la última versión lanzada al mercado, generando eficiencia, rendimiento y disponibilidad, además de un mejor TCO y con incentivos que aportan créditos fiscales.
Entre las ventajas técnicas, este modelo de contratación puede incluir servicios de soporte, gestión y monitorización de TI, con acceso 24 horas a los equipos para mantener o sustituir los equipos por otros similares o de nivel superior en caso de emergencia, evitando la interrupción del funcionamiento de la infraestructura y garantizando la disponibilidad, seguridad y eficiencia del centro de datos.
Tendencia mundial
Según un estudio de International Data Corporation (IDC), elegir las TI como servicio mejora las operaciones empresariales. Para el 61% de los CIO encuestados en el informe publicado en abril de 2021, es necesaria una aceleración de los modelos de contratación de productos como servicio a medida que los entornos críticos se vuelven más complejos y dependen de la mejora continua.
Alinear los recursos con el uso, organizar mejor la infraestructura y reducir la carga de trabajo de los equipos internos son algunas de las principales demandas de los responsables de infraestructuras y operaciones (I&O) que adoptan el modelo as a service en sus empresas. En la encuesta, el 59% de las empresas encuestadas tiene intención de priorizar los esfuerzos para reducir el tiempo y el trabajo necesarios para gestionar sus inversiones tecnológicas en los próximos dos años.
Este escenario de cambio de paradigma se refleja en recientes informes del sector. Según IDC Brasil, los servicios de data center moverán 3.780 millones de dólares en el país en 2020. A un ritmo de crecimiento continuado de casi el 6%, esta cantidad podría alcanzar los 4.890 millones de dólares en 2024. Paralelamente, el mismo estudio realizado el año pasado señala que las inversiones de las empresas brasileñas en infraestructuras como servicio alcanzarán los 8.500 millones de dólares en los próximos dos años.
Hacia la eficiencia y la sostenibilidad
Los resultados de la optimización de los centros de datos pueden variar en función de los entornos y los tipos de operación realizados. Sin embargo, en común, la empresa que adopta esta estrategia puede esperar ventajas incuestionables.
Desde el punto de vista de la contribución financiera, esta iniciativa llevada a cabo por fases ofrece una mayor previsibilidad de las inversiones. Otro reflejo positivo directo en el presupuesto lo genera la drástica reducción del uso de electricidad por parte de la infraestructura. Una vez combinadas, las acciones multidisciplinares y las medidas de modernización y virtualización de los centros de datos pueden suponer un ahorro de hasta el 60% del consumo energético, con un gran impacto en las facturas a final de mes.
Desde el punto de vista operativo, la modernización y/o sustitución de equipos conlleva un nivel de riesgo controlado, perfectamente gestionable si se lleva a cabo por equipos profesionales y con los recursos adecuados al servicio. Y, en caso de ampliación de la demanda de procesamiento, los entornos críticos optimizados tendrán suficiente espacio físico liberado para recibir más bastidores con alta densidad de computación.
Contratar TI en el modelo as a service es una opción inteligente para responder a contingencias ampliando la capacidad de procesamiento de datos de las empresas, con la posibilidad de incluir servicios de gestión, monitorización y continuidad para mantener la infraestructura segura y disponible.
Por último, la optimización de los centros de datos prepara a las corporaciones para afrontar los retos de la digitalización empresarial, añade valor y promueve la alineación de las empresas con la agenda climática y la sostenibilidad corporativa, permitiéndoles seguir siendo competitivas en esta nueva realidad de la economía global.